
¿Cuántas veces nos hemos sentido frustrados por no saber expresar lo que pensamos o sentimos? ¿Cuántas veces hemos evitado un conflicto por miedo a confrontar a alguien? ¿Tiendes a quedarte resentido o resentida por mucho tiempo? ¿Qué haces? ¿Te aíslas? ¿Dejas de hablar? ¿Enmascaras sentimientos? ¿Es angustiante verdad?
La falta de comunicación asertiva puede generar malentendidos, conflictos innecesarios y, en última instancia, dañar nuestras relaciones. Afortunadamente, comunicarnos de forma asertiva es una habilidad que se puede aprender y practicar, permitiéndonos construir relaciones más sólidas y satisfactorias. Ejercer el derecho de expresar sentimientos, necesidades y establecer límites saludables nos permite transitar por la vida con mayor bienestar y tranquilidad.
Transmitir un mensaje claro y asertivo es uno de los retos en nuestro trabajo como psicólogos. Insistimos en ello porque interactuamos de forma continua utilizando el lenguaje. Nos comunicamos mediante la expresión verbal, a través de mensajes no verbales (gestos, expresiones faciales, movimientos). Por lo tanto, hablar de manera asertiva es una habilidad social esencial que permite a las personas expresar sus opiniones, sentimientos y necesidades de manera clara, directa y respetuosa, sin agredir a los demás ni someterse a su voluntad. Se sitúa en un punto intermedio entre la agresividad y la pasividad, buscando un equilibrio que permita defender los propios derechos sin transgredir los ajenos.
Comunicarse asertivamente requiere de entrenamiento continuo y de la capacidad de estar presentes para detectar en qué estado nos encontramos con nuestras sensaciones, reacciones, impulsos y emociones. Por ejemplo: Si me noto alterado o alterada no es el momento de comunicarme. Particularmente en contextos de discusiones entre parejas, con familiares o compañeros de trabajo. Vivir en el mundo de personas adultas en algún momento requerirá de conversaciones difíciles. Por lo tanto, como mencionamos anteriormente expresar las ideas y necesidades de manera clara y respetuosa, defender derechos sin agredir a los demás, mantener relaciones interpersonales saludables y constructivas, así como resolver conflictos de manera satisfactoria son características claves de una persona que se comunica de manera asertiva.
Te invito a tomar acción y practicar con pequeños pasos esta habilidad tan necesaria en el momento histórico que estamos viviendo. Espero que las siguientes técnicas y la disposición de practicar te ayude a desarrollar el estilo asertivo en la comunicación:
Declaraciones "yo": En lugar de decir "Tú siempre me interrumpes", di "Yo me siento frustrado cuando me interrumpen". Esto evita culpar al otro y asumes responsabilidad de tus sentimientos.
Preguntas abiertas: Formula preguntas que requieran más que un "sí" o un "no" para obtener más información y fomentar la conversación. Por ejemplo, en lugar de "¿Estás enojado?", pregunta "¿Cómo te estás sintiendo?".
Escucha activa: Presta atención a lo que dice la otra persona, haz preguntas para aclarar y resume lo que has entendido para demostrar que estás escuchando.
Lenguaje claro y conciso: Evita las ambigüedades o rodeos. Sé directo y específico al expresar tus ideas y necesidades.
Reconoce los sentimientos de los demás: Demuestra empatía y comprensión hacia los sentimientos del otro, incluso si no estás de acuerdo con ellos.
Establece límites claros: Define tus límites y comunícalos de manera firme pero respetuosa. No tengas miedo de decir "no" cuando sea necesario. Ampliaremos sobre este tema en nuestro próximo artículo.
Expresa aprecio y gratitud: Reconoce y valora las contribuciones de los demás. Un simple "gracias" puede hacer una gran diferencia.
Técnicas no verbales
Contacto visual: Mantén contacto visual con la otra persona para demostrar interés y atención.
Lenguaje corporal abierto: Utiliza posturas y gestos que transmitan apertura, confianza y receptividad. Evita cruzar los brazos o encorvarte.
Tono de voz: Utiliza un tono de voz calmado, claro y modulado. Evita gritar o hablar demasiado bajo.
Expresiones faciales: Asegúrate de que tus expresiones faciales sean congruentes con lo que estás diciendo. Una sonrisa amigable puede ayudar a crear un ambiente de más conexión y apertura.
Espacio personal: Respeta el espacio personal de la otra persona y sé consciente del tuyo propio.
Estrategias generales
Practica la empatía: Presta total atención a lo que la otra persona está diciendo, tanto en su lenguaje verbal y no verbal. Evita interrumpir y haz preguntas aclaratorias para asegurarte de que estás entendiendo correctamente. Intenta imaginar cómo te sentirías si estuvieras en la misma situación que la otra persona. Esto te ayudará a comprender mejor su perspectiva y sus sentimientos.
Sé respetuoso: Trata a los demás con cortesía y consideración, incluso si no estás de acuerdo con ellos.
Sé honesto: Expresa tus opiniones y sentimientos de manera sincera y auténtica.
Sé paciente: La comunicación asertiva requiere tiempo y práctica. No te desanimes si no ves resultados inmediatos.
Aprende a manejar el conflicto: Desarrolla habilidades para resolver conflictos de manera pacífica y constructiva.
Busca modelos a seguir: Observa a personas que se comunican de manera asertiva y aprende de ellas.
Practica en situaciones no conflictivas: Comienza practicando tus habilidades de comunicación asertiva en situaciones menos estresantes. Por ejemplo, en conversaciones informales con amigos o familiares.
Pide retroalimentación: Pide a personas de confianza que te den retroalimentación sobre tu estilo de comunicación.
Recuerda: La comunicación asertiva es un viaje que requiere paciencia y la disposición de practicar y celebrar cada pequeño logro en el camino hacia una comunicación efectiva y relaciones más saludables.
¡Decide hoy!
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