
“El presente no es un espacio temporal sino un ‹espacio disponible›: el único momento del que disponemos”. Víctor Frankl
Esta frase lo dijo un hombre que vivió unos de los momentos históricos más terribles en términos del trato a un ser humano. Los campos de concentración. Allí exterminaron según la historia a millones de personas de forma atroz. Así que este hombre según afirmó en innumerables entrevistas y en su famoso libro El hombre en busca de sentido, aprendió a vivir momento a momento hasta conectar con su propósito, declarando: “He encontrado el significado de mi vida ayudando a los demás a encontrar en sus vidas un significado”.
Ha pasado mucho tiempo y hoy día afortunadamente aún con amenazas de guerra, no vivimos en campos de concentración ni estamos expuestos a ese tipo de atrocidad humana, al menos en nuestro contexto. Sin embargo, pareciera que la gente viviera atrapada en barrotes mentales.
Vivimos más en un drama mental en el que desarrollamos historias, narramos argumentos, catástrofes, nos justificamos, razonamos, nos castigamos, nos tratamos de forma severa viviendo como en piloto automático. Lo que ocurre que estar en modo automático la mayor parte del tiempo, pensando, analizando, cuestionándonos, debatiendo, es un proceso que nos mantiene en una espiral y el resultado es menos calidad de vida.
Nos restamos calidad de vida para poder disfrutar de pequeños momentos, como el contacto visual el ser querido, la mirada o la sonrisa del hijo que se acerca buscando afecto, el gesto, la expresión de gratitud, el disfrutar del color que nos regala la naturaleza, etc.
Vivir haciendo contacto con el momento presente requiere esfuerzo y la disposición de practicar una y otra vez. No tenemos control de las cosas, la vida nos sorprende todo el tiempo. De momento aparecen situaciones y tenemos que responder. Respondemos todo el tiempo, ya sea que estemos más consciente o estemos en piloto automático. De alguna forma respondemos.
¿Cómo vamos a responderle a la vida? Es algo que nos toca elegir.
De momento te comparto pequeños pasos o actividades que podrías iniciar para aumentar esa autoconciencia y estar más presente en la vida. Aprender a vivir en el aquí y el ahora, como citara al inicio y postulara Víctor Frankl es el único momento del que disponemos.
Técnicas que podemos practicar diariamente para desarrollar el habito de traer nuestra atención al momento presente:
Tome 5 respiraciones largas y profundas por la nariz y exhale por los labios fruncidos.
Ponga ambos pies sobre el piso. Mueva sus dedos del pie. Doble y desdoble los dedos del pie varias veces. Pase un momento notando las sensaciones en sus pies.
Pisotee sobre el piso varias veces. Ponga atención a las sensaciones en sus pies y piernas conforme haga contacto con el piso.
Apriete sus manos en puños, enseguida suelte la tensión. Repita esto 10 veces.
Presione sus palmas juntas. Presione más y mantenga esta postura durante 15 segundos. Ponga atención a la sensación de tensión en sus manos y brazos.
Frote sus manos activamente entre sí. Observe y sienta la sensación de calor.
Eleve sus brazos sobre la cabeza como si intentara alcanzar el cielo. Estírese de esta manera durante 5 segundos. Baje los brazos y deje que se relajen en sus costados.
Tome 5 respiraciones profundas más y observe el sentimiento de calma en su cuerpo.
Describe los objetos que vea.
Describa los pasos al realizar una actividad que domine. Por ejemplo, preparar su comida favorita o atar un nudo.
Nunca es tarde. Decide hoy.
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