Una de las cosas que tengo en mi lista de deseos es aprender a tocar piano. Pienso en la disciplina que conlleva aprender a tocar cualquier instrumento y debe ser muy gratificante dominar la técnica hasta lograr entonar hermosas melodías. Esa experiencia tanto del que toca un instrumento como el que escribe canciones conectan con elementos necesarios que van integrando para dar paso a ese fluir de los acordes, el ritmo, cadencia, melodías hasta lograr un todo coherente.
Este fluir de la música los comparo con nuestras emociones que serían nuestros armónicos, esa melodía que resuena en nuestro interior. Las emociones son reacciones químicas que experimentamos ante un estimulo externo o interno. En otras palabras, las emociones se activan en el aquí y ahora para proveernos de información. Hay algo que ocurre en el momento que se activan que debemos prestar atención.
Entender nuestra propia melodía, la manera en que aprendimos a resonar en nuestro interior requiere de educación. De la misma forma que una persona aprende a tocar un instrumento o leer música, hasta dominar la técnica y con la práctica crear sonidos melodiosos, de esa misma forma debemos aprender a conocer nuestras emociones.
¿Por qué es importante conocer tu propia melodía y saber tocarla? Porque convives con ella todo el tiempo. Intentar rechazar tu propia melodía, evitarla, querer controlarla te mantiene en una lucha constante. ¿Qué es eso de sentir emociones? Se habla tanto de ellas. Vivimos a través de ellas, nos impulsan hacia la acción, nos aportan información de nuestro medio ambiente y de nuestro mundo interno. ¿Por qué es tan difícil lidiar con ellas? Porque no hemos aprendido como relacionarnos con ellas y ser conscientes de ellas es importante para poder gestionarlas.
Imaginemos que al igual que yo, no sabes cómo tocar un instrumento por ejemplo el piano que tanto me gusta. Lo primero que tendría que hacer la persona si realmente tiene interés en aprender seria buscar un maestro que le guíe tanto en la teoría como en la práctica. Comenzaría por pasos pequeños. Primero buscar información vía internet, preguntar a un amigo, etc. Una vez obtiene la información el segundo paso seria comunicarse y para ello debe agendarlo, separar un espacio en su agenda para ese día en particular y a la hora indicada elegir el medio por el que se comunicará ya sea vía teléfono, online, escribiendo un texto o un correo electrónico. Luego seria la solicitud del interesado de orientación de los servicios, tarifas, horarios. Es decir, debe comenzar con pequeños pasos hasta llegar al momento de coordinar la primera clase y encontrarse con el maestro ya sea presencial o virtual y dar paso al aprendizaje.
Antes de que la persona pueda sentarse frente al teclado y mover sus dedos sobre decenas de teclas negras y blancas debe aprender sobre la teoría. Tener una idea clara que le ayude a enfrentar la experiencia de estar tocando un piano. Debe tener un piano o teclado. Conocer su funcionamiento, las partes que lo componen. Dependiendo de la disposición de la persona en aprender mediante ensayo y error, ser tolerante a la frustración sumado a una enorme paciencia y consistencia para comenzar a aplicar la teoría a la práctica.
Ahora hablar de la experiencia es distinto. La experiencia de sentarse frente a un teclado requiere colocar las manos sobre el teclado de una forma en particular, cada dedo tiene una función y movimiento particular por lo que es necesario conocer la mecánica del instrumento y las partes que lo conforman para llegar una mayor comprensión de la práctica de éste.
Así que decir quiero tocar el piano algún día a estar sentada frente a un piano con las dos manos recorriendo teclas blancas y negras para lograr un sonido melodioso son dos cosas diferentes. Para ser ágiles emocionalmente, es decir, gestionar de forma adecuada nuestras emociones requiere también conocernos. Aprender a notar cómo sentimos y qué sentimos. Comenzar a nombrar esa melodía que resuena en nuestro interior. Notar que ante ciertos eventos, situaciones o personas se activan emociones que en ocasiones parecen estar desafinadas y experimentamos dificultad para lograr afinarlas, en otras palabras, nos cuesta autorregularnos. Lograr armonía, estabilidad, tranquilidad y calma requiere autoconocimiento.
Si necesitas ayuda porque se te dificulta gestionar tus propias emociones y ello interfiere en tus relaciones y diferentes contextos no dudes en solicitarla. En ocasiones es importante la ayuda de un terapeuta para que te ayude en ese proceso. Al igual que un buen maestro de música te ayuda poco a poco a desarrollar esas habilidades para lograr entonar melodías, el terapeuta colabora contigo de forma interactiva para desarrollar mayor autoconciencia de tus propias emociones.
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